viernes, 1 de marzo de 2013

Un ibirá-pitá en Mendoza

El arbolado urbano de Mendoza tuvo su inicio dentro de los cánones del paisajismo urbano. Con el paso de los años se han ido perdiendo muchos árboles que se han repuesto a veces con especies diferentes y con ello se ha alterado la armonía inicialmente programada.

Hay factores que influyen fuertemente en contra de esa inicial armonía, o de esa armonía buscada y son: los vecinos, el viento, las aves y los organismos responsables del arbolado urbano tanto provinciales como municipales. 

Efectivamente, los vecino ponen el arbolito de sus amores utilizando un nicho vacío o creando uno nuevo para su ejemplar sin tener en cuenta ningún otro criterio que el de ver "ese" árbol frente a su domicilio rompiendo todos los esquemas de un arbolado implantado y mantenido dentro de los conceptos de "arbolado urbano" o "paisaje urbano". 

Por otro lado el viento distribuye semillas de diversas especies que llegan a germinar ocupando sitios de todo tipo. Se ven creciendo en grietas en bordes de acequias, junto al cordón de las calles, en el nicho de otros árboles, en jardines y hasta en muros. Hay varios ejemplos: Árbol del cielo (Ailanthus altissima),  arce (Acer negundo),  fresnos  y olmos, cuyas semillas se dispersan por doquier tanto impulsadas por el viento como llevadas por el agua de las acequias. 

Ailantus creciendo en una pared medianera en calle Martínez de Rosas al 700, Mendoza. Foto D.Mur, 2011.

Las aves también son agentes dispersoras de semillas. Palomas manchadas (Columba maculosa), zorzales, benteveos, gorriones, etc. se alimentan de diversos frutos de árboles y arbustos ornamentales y luego dejan caer sus semillas por regurgitación o en sus excrementos. Esto nos explica la cantidad de palmeras, olivos, crataegus, laureles, enredaderas (hiedra, ampelopsis, pasionaria), ligustros, etc. que vegetan junto a los árboles compitiendo por el reducido espacio de sus nichos, favoreciendo el deterioro de las veredas y rompiendo con  toda norma paisajística, tanto a nivel del arbolado urbano en las calles, como en plazas, parques, veredas y jardines.


Palmera y plátano en muy fuerte competencia por el espacio y rompiendo la estructura de la vereda en calle
Boulogne Sur Mer esquina Jorge Newbery de Mendoza. Foto D.Mur, Marzo 2010.
 Entonces y entre tanta variedad de especies que conforman actualmente el arbolado urbano de Mendoza es frecuente sorprendernos al encontrar u observar algo aparentemente novedoso. Tal es el caso de esta semana cuando al transitar por la calle 25 de Mayo y llegando ya al semáforo de su cruce con Coronel Plaza veo un imponente árbol con una abundante floración amarilla. ¿Que es? Y bien, al comparar las fotos tomadas con datos bibliográficos descubrimos con sorpresa que se trata de un ibirá-pitá, que en guaraní significa árbol de madera roja, también es llamado en el litoral "ibirá-pitá-guazú"  o sea gran árbol demadera roja, Peltophorum dubium en términos técnicos.  Es una planta leguminosa, cesalpinoidea, originaria del Noreste Argentino y Paraguay.


Ibirá-pitá de unos 8 metros de altura en calle 25 de Mayo al 2000, Mendoza. Foto D.Mur, Marzo 2013.


Se destaca el amarillo brillante de sus flores. Foto D. Mur Marzo 2013.

Ibirá-pitá de unos 8 metros de altura en calle 25 de Mayo al 2000, mendoza. Foto D.Mur, Marzo 2013.
 En Mendoza hay numerosos ejemplares de árboles de zonas subtropicales que se han adaptado bien a las condiciones climáticas de esta zona como: jacarandá, palo borracho, brachichito y tipa, por nombrar los mas comunes. Pero este ibirá-pita es para mi realmente una grata sorpresa. Entre otras cosas por estar floreciendo casi a comienzos del otoño, igual que los palos borrachos, y tambié por su porte y el desarrollo de su tronco. Es evidente que debe ser muy sensible al frío pues creo debe ser uno de los pocos ejemplares de esta especie, o quizás el único, desarrollándose exitosamente bajo este clima mendocino.